💔 Papá también fue un niño roto que nadie sostuvo

 




A veces olvidamos que papá también tuvo una infancia.

Que antes de ser fuerte, antes de cargar responsabilidades,
antes de convertirse en ese hombre silencioso…
también fue un niño que necesitaba amor, comprensión y abrazo.

Papá también lloró, aunque nadie lo haya visto.
También tuvo miedos, sueños rotos y días en los que solo quería que alguien le dijera:
“Está bien, no tienes que ser fuerte todo el tiempo.”

Pero en su época no se hablaba de emociones.
A los hombres les enseñaron que llorar era debilidad,
que sentirse triste era “no ser hombre”,
y que debían cargar con todo en silencio.

Por eso muchos padres no saben expresar lo que sienten,
no porque no amen, sino porque nunca les enseñaron cómo hacerlo.
Porque crecieron escuchando “aguántese”, “no sea llorón”, “los hombres no sienten”.

Y así, papá aprendió a amar a su manera:
con trabajo, con esfuerzo, con presencia silenciosa,
con esos “te traje esto” que en realidad significaban “te quiero”.

A veces juzgamos lo que no entendemos.
Decimos “mi papá nunca me abrazó”, sin saber que tal vez
a él tampoco lo abrazaron nunca.
Que nadie le enseñó lo que era sentirse sostenido.

Entonces creció, hizo lo que pudo con lo que tuvo,
y aunque no lo diga, carga heridas que no sanaron del todo.

Papá también fue un niño roto que nadie sostuvo…
y tal vez por eso, hoy, cuesta tanto hablar con él,
entenderlo, o simplemente abrazarlo sin palabras.

No para justificar, sino para mirar con compasión.
Porque reconocer su dolor también es una forma de sanar el nuestro.

💬 A veces, sanar no es culpar. Es entender.
Y cuando entiendes de dónde viene el silencio de papá,
aprendes a amarlo sin esperar que sea perfecto.
Solo humano.

Comentarios