A veces la mujer más fuerte que conoces…
es la que más..
Necesita, no porque no pueda más, sino porque siempre ha podido con todo.
La que sonríe mientras se rompe por dentro.
La que se traga las lágrimas para no preocupar a nadie.
La que carga con problemas que no le tocan, porque si no los carga ella… no los carga nadie.
Esa mujer que siempre tiene palabras para animar a otros, pero nadie pregunta cómo está.
Que aplaude los logros ajenos mientras lucha en silencio con sus propias batallas.
Que se levanta temprano para trabajar, cuidar, resolver, y aún así le dicen que “no hace suficiente”.
No sabes cuántas veces quiso gritar, pero prefirió callar.
No sabes cuántas veces quiso irse, pero decidió quedarse.
No sabes cuántas veces quiso soltarlo todo… pero se acordó de quién depende de ella.
No siempre la mujer más fuerte quiere ser fuerte.
Pero lo es, porque no le dejaron otra opción.
Si tienes a una mujer así cerca… no le digas “tú puedes con todo”.
Dile: “No tienes que poder sola”.

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